Estar creativa o no estar creativa, creo que es más cuestión de estar más presente o menos presente. Después de ver una de esas películas en las que en una hora y media la protagonista toma la decisión de cambiar su vida por completo y le sale bien; una se plantea que la tarea de poner al día un blog no puede ser tan complicada. Entonces me hago la siguiente pregunta: ¿no soy creativa o estoy ausente? Antes de que se me pase el contagio de la valentía que me ha contagiado la protagonista retomo este blog con la esperanza de que mi vida no cambie en la siguiente hora y media.

La infancia era esto

O no. Cuando iba al colegio, sabíamos perfectamente quién tenía un año más que nosotros y quién un año menos. Las generaciones estaban limitadas a la perfección. Hoy doy una vuelta por el pueblo y no sé quién tiene quince años y quién tiene veinte. Bastaba una mirada -sin importancia- a mis juguetes para etiquetarlos cronológicamente: el Nenuco-Burbujas del año anterior; los tazos de la temporada pasada; la cuna del BabyFeber que ya era antigüa; el castilo de G-Man que mi hermano había dejado abandonado hace dos Reyes y los flamantes patines del catálogo de EL Corte Inglés que se llevarían ese año. Hoy, en cambio, abro mi baúl de los recuerdos y encuentro un PinyPon de espaldas a una vaca de Playmovil que ha perdido toda su bravura. El muñequito del Mc Donalds acosa a la Barriguita de una manera que, hoy, sería delito penal. Las canicas desgastan los tazos y los malos de Lucky Look ya no roban a nadie porque se han quedado ciegos.
Ahora todos ellos llevan la misma etiqueta: LA INFANCIA (ubi sunt?); ahora son parte de una misma época, ¿cuando dejó de importarme?

TENÍA QUE CONTARLO!!!!

Yo pensaba que mi mitomanía había terminado el día en que , después de pasarme durmiendo dos días en la puerta de Bernabeu, acabó el concierto de Operación Triunfo (edición 1) (valórese mi valentía al confesar esto; porque hoy en día no dice mucho de mí). En fin, que hoy he descubierto que tal tendencia no había desaparecido sino que se ha metamorfoseado. Comencé asistiendo al acto de clausura de un seminario de poesía en homenaje a Luis García Montero en la UAM. Yo había quedado más que contenta con oírle recitar un par de poemas suyos. Pero más tarde en la sobremesa, mi amiga Tere, a quien admiro por su alta sociabilidad, prosiguió de la siguiente manera:
- Ésta es Tamara, también estudia filología y escribe poesía.

Entonces yo, desde mi mínima inferioridad le dije: - se hace lo que se puede. Él me dio dos besos y me dijo que encantado de conocerme, a lo cual yo le respondí que el placer (por supuesto) era mío.

Esta vez no hubo gritos histéricos ni lanzamientos de cartas de amor deshonestas; esta vez hubo una profunda admiración y el orgullo de haber robado dos segundos a alguien que hace algo de verdad.

¿Será que he madurado? Qué miedo!

La transgresión del tiempo es una virtud sólo de los enamorados.

En quechua hay un morfema verbal de pasado que indica que la acción ha sido soñada, delirada o imaginada por ebriedad.

En español (cant-aba) el sufijo -aba "solo indica singular y pasado". Las limitaciones de nuestro idioma probablemente fomentan el desarrollo de nuestras acciones en circunstancias determinadas. Para soñar tenemos que estar durmiendo; el que delira tiene que estar loco y con los ojos en blanco; y el que está borracho tiene que tener las mejillas rojas, de lo contrario no notaríamos esas connotaciones.

Me pregunto si, desde nuestro punto de vista, los hablantes del quechua son un ente homogéneo y ellos se distinguen a base de morfemas.

Se anuncia a los usuarios que, hasta próximo aviso, la que escribe se dedicará a una tarea mucho más ardua y, mucho menos placentera, que a escribir en el blog. Los exámenes ........

Si engordamos en navidad no es por los turrones, es porque al comenzar un año y ver la realidad tenemos dos opciones: comérnosla o pegarnos un tiro. Los que todavía encontramos razones por las que seguir, optamos por la primera ( y, eso sí) apuntarnos al gimnasio.