25 mayo, 2008

La infancia era esto















O no. Cuando iba al colegio, sabíamos perfectamente quién tenía un año más que nosotros y quién un año menos. Las generaciones estaban limitadas a la perfección. Hoy doy una vuelta por el pueblo y no sé quién tiene quince años y quién tiene veinte. Bastaba una mirada -sin importancia- a mis juguetes para etiquetarlos cronológicamente: el Nenuco-Burbujas del año anterior; los tazos de la temporada pasada; la cuna del BabyFeber que ya era antigüa; el castilo de G-Man que mi hermano había dejado abandonado hace dos Reyes y los flamantes patines del catálogo de EL Corte Inglés que se llevarían ese año. Hoy, en cambio, abro mi baúl de los recuerdos y encuentro un PinyPon de espaldas a una vaca de Playmovil que ha perdido toda su bravura. El muñequito del Mc Donalds acosa a la Barriguita de una manera que, hoy, sería delito penal. Las canicas desgastan los tazos y los malos de Lucky Look ya no roban a nadie porque se han quedado ciegos.
Ahora todos ellos llevan la misma etiqueta: LA INFANCIA (ubi sunt?); ahora son parte de una misma época, ¿cuando dejó de importarme?