Asuntos pendientes

Hay dos cosas que nunca he entendido, mejor dicho, ahora recuerdo dos cosas que nunca he entendido y siempre han estado ahí latentes desde niña. Ahora quizás con esta hipercomuncicación alguien pueda darme una respuesta.
- Por qué la persona a la que llaman dios, por lo visto la persona con los poderes mágicos más potentes de la Historia, creó un planeta estupendamente habitable y no se quedó de inquilino.
-Por qué se envían a las misiones de paz a gente con ametralladoras y bombas en vez de, por ejemplo, pasteles para celebrar.

Ubi est?

Quiero convencerme de que no estás detrás de este cigarro porque quiero dejar de fumar. No se dónde encontrarte. Solía pensarte después de las lágrimas; entre las sábanas del día anterior; en los -ya nos veremos- frustrados; en las bodas, bautizos y comuniones; Solía encontrarte esperándome los domingos, allí parada como si llevaras toda la vida esperándome; cuando menos te esperaba me encontrabas desarmada de bolígrafo y estilo en la parada del autobús. Ahora sospecho que hay un lugar donde siempre permaneces amenazante, un lugar donde tarde o temprano llego siempre: detrás de su silencio, siempre te encuentro, inspiración. Su silencio, que es, hoy por hoy, la materia fónica más aterrante del mundo.