¿Deberíamos diferenciarnos de los demás o parecernos a ellos? El problema de la identidad es algo que nos pasaremos la vida queriendo evitar pero subrayándolo voluntariamente. El otro día escuché en algún sitio que la adolescencia es una enfermedad que afortunadamente se pasa; nos la pasamos disfrazándonos de diferentes personas. Yo recuerdo haber sido rapera; llevar gorra y amar a 2PAc; recuerdo haber llevado pantalones ajustados e ir al instituto con cara de mala malísima. Recuerdo haber invertido tanto esfuerzo y tanta ilusión por ser alguien ...... que hoy, tras horas de hablar, de leer, de cansarme: he descubierto que ese esfuerzo invertido no sirvió de nada porque todo lo que soy, todo lo que he sido y seguiré siendo ha estado siempre delante de mí, un sábado a la madrugada ....... encima de la mesa. Lo que queda, lo que prevalece, esa soy yo.
Estaría bien que alguien les dijera a los adolescentes de hoy que no se preocuparan por la fachada, que no se vayan al lado oscuro; simplemente que miren las mesas de sus salones cuando sus amigos se hayan ido. Probablemente nos mirarían con cara de omnipotenia despojándonos de cualquier credibilidad.
Estaría bien que alguien me dijera que ya no soy una adolescente, entonces le miraría con cara de omnipotencia despojándole de cualquier credibilidad.
( Y todo esto porque quería decir que el leer Rayuela ha monopolizado mi atención y eso me ha llevado a un día de ceniceros rebosantes y de recordar tiempos pasados en los que debía estar leyéndola en vez de llenar ceniceros omnipotentemente con mucha credibilidad hacia mi misma.)
