04 agosto, 2007

Nuestro Cadáver Exquisito

El semáforo se puso en rojo y la luna ya no se veía. Y eso sólo cada vez que nos conocimos
cuando todavía nos parecía posible conocernos
y no sabíamos de individualidades ni de cualquier cosa que rimara con ades. !Hablando de ades! Váyase al infierno o alguna otra parte que le quede de paso,
de paso; no olvide llevar sus toallas a la lavandería porque sabes que siempre me resultó muy difícil orientarme con las banalidades propias del siglo XX
que aún no han sido debidamente estudiadas
ni por nosotros, ni por nuestros pasados , ni por nuestros pretéritos;
por ellos, por su futuro, por sus mentiras que nadie cree; sólo por eso merecerá la pena.
Lo que no significa que no podamos ponerlo en duda.
O alguien acaso se creyó la historia de las golondrinas que sabían volar a pata coja: siempre supo que había ciertas cosas posibles
y otras que, desgraciadamente no serán nunca capaces de contar una historia como ésta.
O como esta otra.
Que al final son la misma que cuando comenzamos a escribir.
----------------------------------------------------------------------
ACLARACIÓN:

Nuestro: tusho y mío
Cadáver: lo que permanece
Exquisito: exquisito.




No hay comentarios: